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martes, 30 de diciembre de 2008

Magistrados "gemelearon" la Sala Constitucional
Creación de Sala IV paralela es una ruptura del orden constitucional

- Acto ilegal e inconstitucional se cometió cuando magistrados separados de su cargo y magistrados sustitutos sesionaron al mismo tiempo y resolvieron consultas legislativas y otros recursos, entre el 24 y 28 de marzo de 2008. El ex Magistrado Federico Sosto participó en ambas Salas.

- Diputados y diputadas envían relación de hechos al Ministerio Público para que se determine la posible comisión de delitos por parte de los Magistrados Titulares.

Tras las irregularidades comprobadas con la designación del Magistrado Sosto, como suplente, la Fracción de Acción Ciudadana, realizó una serie de investigaciones sobre los mecanismos de sorteo para nombrar a los Magistrados Suplentes de la Sala Constitucional. La investigación sobre la participación política del ex Magistrado Federico Sosto, descubrió un hecho aún más grave: Entre el 24 y 28 de marzo del 2008, existieron dos Salas Constitucionales funcionando en paralelo.

Los magistrados titulares ejercieron como Magistrados de la República sin estar habilitados para el cargo . Ellos estaban separados de sus cargos por la Corte Plena y fueron sustituidos, según el acta del 10 de marzo del 2008. .El artículo 27 y el 162 de la Ley Orgánica del Poder Judicial especifica que un Magistrado con licencia concedida pierde la facultad de administrar justicia, porque esa potestad se " pierde o suspende para todos los negocios cuando, por cualquier motivo, el juez deja de serlo o queda suspendido temporalmente en sus funciones."

"Los Magistrados fueron separados de su cargo y sustituidos. Lo hecho por los magistrados separados es una ilegalidad, al tramitar y votar un grupo de consultas de constitucionalidad realizadas por la Asamblea Legislativa. Sin tener poder para ello. Es una grosera violación del orden Constitucional por parte de aquellos llamados a defenderlo. Todo el mundo sabe que en Costa Rica existe UNA Sala Constitucional, no dos, ni tres." declaró la diputada Leda Zamora.

Según el acta de la Corte Plena del 10 de marzo del 2008, la Magistrada Calzada, en su carácter de Presidente de la Sala Constitucional, solicitó se concediera permiso con goce de salario y sustitución a todos los Magistrados propietarios de la Sala. Para dedicar del 24 al 28 de ese mes al estudio y discusión de varias consultas facultativas relacionadas con la Agenda de Implementación. Sin embargo, el Magistrado Luis Paulino Mora, solicitó que se le exceptuará de la separación para participar de las votaciones en la Sala Constitucional y en la Corte Plena, lo que confirma el hecho de que los demás estaban inhabilitados para ejercer como Magistrados.

Entre el 26 y 27 de marzo una Sala IV ilegítima integrada por los magistrados: Calzada, Mora, Vargas, Armijo, Jinesta, Cruz y el Suplente Sosto López. Resolvieron las consultas facultativas de: la Ley General de Telecomunicaciones, la Aprobación del Convenio Internacional para la Protección de las Obtenciones Vegetales y de la Adhesión de Costa Rica al Tratado sobre el Derecho de Marcas y su Reglamento.

El mismo 27 de marzo la Sala Constitucional, que sí tenía la potestad de sesionar resolvió 264 expedientes. Así, como se consumó una situación de total irregularidad que quebrantó el orden constitucional. Costa Rica tuvo dos Salas Constitucionales paralelas por varios días. Es curioso, el Magistrado Sosto, asesor de Casa Presidencial, participó en forma simultánea en ambas salas.

"La institucionalidad debe recomponerse y cada Magistrado debe asumir su responsabilidad. Existen responsabilidades penales y administrativas que deben ser dilucidadas por las instancias correspondientes. Lo sucedido es de la mayor gravedad y el no denunciarlo sería un atentado contra la propia democracia y el sistema de pesos y contrapesos en que esta se basa" afirmó el diputado Alberto Salom.

TLC en un nuevo Washington
Ottón Solís
Obama prometió que trataría a América Latina como socia

El reciente proceso electoral de Estados Unidos abunda en lecciones. Por ejemplo, el candidato ganador, a pesar del amplio margen de su victoria, lejos de descalificar los votos de su rival desde el día posterior a las elecciones y de intentar negar la existencia de su partido, más bien ha reconocido las virtudes de su campaña y con generosidad y humildad lo ha buscado para tender puentes. El Presidente Electo nos ha enseñado que un componente elemental del reconocimiento de resultados electorales pasa por reconocer que todos los electores merecen respeto y que no todos se inclinaron por su candidatura.

En relación con los tratados de libre comercio, Barack Obama afirmó durante la campaña que benefician a las corporaciones y no a la gente, que revisaría la política comercial y que trataría a América Latina como socia y no como súbdita. Por otra parte, los defensores más serios del TLC en Costa Rica han afirmado que, sin ser perfecto, era lo mejor que se podía obtener.

Dentro del Partido Demócrata existen numerosos congresistas que desean ayudar al nuevo Presidente a cumplir con sus compromisos de campaña y están trabajando para que se renegocien los TLC, como lo pude comprobar la semana pasada en Washington. Están actuando de esa forma no porque se lo haya pedido algún costarricense, como de mala fe o con gran ignorancia se ha afirmado aquí.

Estos congresistas efectivamente están convencidos de que la gente de Estados Unidos y la de nuestros países no gana con esos tratados. Ellos han observado que la tasa de crecimiento de la economía mexicana en sus 15 años de TLC es casi la más baja del continente, por lo que no absorbe su fuerza laboral, expulsa emigrantes al norte y compra poco a Estados Unidos.

Esos congresistas quieren tratados que nos ayuden a crecer y a generar un desarrollo que impida el triunfo de regímenes populistas como el que, de acuerdo a algunos, casi surge en México hace tres años. Habrá otros dentro de ese partido que querrán que los tratados no se revisen y aun otros que quisieran renegociarlos para hacerlos más proteccionistas. Sin embargo, sería un serio error si Costa Rica ignora al grupo que más se aproxima a las posiciones del Presidente Electo o, peor aún, si ignora que efectivamente podría haber una revisión del TLC. Es urgente que nuestro Gobierno haga todo lo posible para lograr que cualquier cambio mejore y no empeore el TLC.

Creemos que Costa Rica debe establecer una alianza con los congresistas que desean eliminar algunos de los privilegios que el TLC otorga a las corporaciones y que, además, desean establecer una relación entre el comercio y valores como la democracia, los derechos humanos, la libertad religiosa, el respeto a los derechos de los trabajadores, la protección del ambiente y la ética en la función pública, entre otros. Este enfoque crearía posibilidades de extraer ventajas de los históricos logros del país en algunos de esos campos, mejoraría la competitividad de los exportadores costarricenses y estimularía un cambio en la dirección correcta en los otros países de la región.

Decenas de organizaciones religiosas, laborales, empresariales, agrícolas, comunales y políticas de Centroamérica han expresado su respaldo a un diálogo con esos congresistas dirigido a eliminar algunos extremos del TLC. A pesar de las diferencias que hemos tenido con el Gobierno en esta materia, surge una oportunidad de unirnos para respaldar una posible renegociación. En nuestro caso sería para mitigar males y en el del Gobierno para eliminar imperfecciones, pero ello no impide que encontremos numerosos puntos de acuerdo para beneficiar al país.

En fin, ante las circunstancias creadas por el triunfo Demócrata, el país no debe cruzarse de manos. Por el contrario, debemos tomarles la palabra al Presidente Electo y a numerosos congresistas. En ese marco, Costa Rica debe comportarse como socia e influir para que, si se da una renegociación, esta sea en la dirección correcta.

Mis reuniones en Washington me llenan de optimismo sobre las posibilidades que surgen con el triunfo de Barack Obama. También comprendo que las cosas buenas no van a ocurrir solas. Estoy convencido de que Costa Rica puede desempeñar un extraordinario papel si se asocia con este cambio, si se convence de que la era Bush ya pertenece al pasado y si se percata, con optimismo, de que ha nacido un nuevo Washington.

AUDIO AQUI